La Cara del Moro

Esta es una ilustración de la mítica Cara del Moro en Alicante, un perfil del Castillo de Santa Bárbara sobre el Monte Benacantil que domina la zona costera de la capital alicantina. Muchas son las leyendas e historias que circulan sobre esta silueta, más imaginaria que real, como aquella que versa sobre la prohibida relación entre un príncipe moro, hijo del señor del castillo por aquellos tiempos, que cayó enamorado de una princesa cristiana de un reino cercano. El padre, ante tal suceso les prohibió desposarse, diciendo que aquello sólo sucedería cuando Alicante amaneciese nevado (en Alicante jamás toca el suelo un copo de nieve). A la mañana siguiente la ciudad se despertó cubierta de blanco por miles y miles de pétalos que habían caído de los almendros que habían florecido esa misma noche. La leyenda cuenta que al medio día el príncipe musulmán partió del castillo al encuentro de su amada y que pocas horas después, el rey moro, ante la desesperación y la impotencia que sentía, corrió a lanzarse por las almenas del castillo, despeñándose por el acantilado y dejando impresa su coronada efigie en el perfil de la montaña... pero claro, todo esto no es más que un relato que ha llegado muy adornado hasta nuestros días. Sin embargo sí es cierto que la Cara del Moro es uno de los atractivos de la ciudad vista desde el mar o desde la Playa del Postiguet, una formación rocosa que bajo el amparo de las luces y las sombras del atardecer nos recuerda mucho la figura de un rostro humano, coronado por un imponente castillo.

La ilustración en principio fue diseñada para decorar un "autobús insignia" de la empresa de transportes alicantina VALDÉS, pero finalmente no se llegó a decorar el autocar (aunque la empresa aún dispone del archivo para poder hacerlo si así lo consideran algún día).